Tuesday, June 19, 2018

Brújula

La humanidad en general tuvo una dependencia de navegación y exploración basada en la polaridad magnética, de un aparato que marcaba el norte, fuimos y venimos no pocas veces, encontramos nuevos lugares y vimos diferentes realidades… gracias a trazar este rumbo.

        Yo siempre fui un tipo de oscilaciones poco significativas, generalmente con alguna meta (pequeña pero alcanzable) tratando de estar enfocado y sin sobresaltos, recuerdo alguna canción de Bob Marley (Satisfy my soul), a lo mejor porque los tipos cobardes le tenemos miedo a lo inesperado, a los retos que nos muestren que la vida tiene dos polos y que el norte no siempre es el camino.
              
         Una mañana de estas desperté soñando con tu carita pálida (sin maquillaje), de nariz pequeñita. De ojos bien definidos, me levanté exaltado y encontré que a pesar de ser un tipo disfrazado de valentía ocasionalmente, la vida me llevaba de la mano a dar unos giros inesperados, giros prolongados… donde no soy experto, donde todo está por descubrirse.
              
         Descubrir una mañana de café, frente a tu carita, una sonrisa que brilla más que el sol. Lo veo adentro de mí, lo imagino… lo sueño. Ahora ya sabrás que todo lo sueño con los ojos abiertos, no lo puedo evitar. A las 4am las ideas son un poco más claras que a las 11pm, claramente que mi brújula ya no apunta al norte… en realidad apunta al lugar opuesto, apunta 800 kms. al sur.
          
          La vida es una bifurcación, hola y adiós, bienvenida y adelante. Es momento de dejar de ver la brújula y que el corazón te lleve. ¡Aguanta querido corazón!
Vamos hacia el sur… vamos a escuchar aquel acento dulce.

Chatia



https://www.flickr.com/photos/31425449@N07/4633008917


Tu naricita que apenas apareció en tu carita, en esa carita blanquita, de ojitos dulces… ojitos despiertos y labios dibujados perfectamente.

Tu nariz me llama, me dice que la esperanza no termina, que tu voz al decir buenos días: me despierta el corazón. Que tomar café contigo y tu naricita es un placer de la vida, que mis pasos van tres pasos a tras de ti, es intencional, es para verte como moves esas caderas, lo confieso: siempre me gusto verte caminar.

De tu nariz, de tu piel blanquita, de tus labios y de tu voz: renace la esperanza.

Cometa sulfurante



(https://entrenatuvida.blog/2012/01/25/el-cometa-halley-2/)

Yo crecí en un barrio populoso, sin mucho brillo y ahora catalogado como una zona roja. La historia es que yo jamás lo ví así, me forjo… me vio crecer mi hizo quien soy, aprendí el valor de la amistad, de los códigos de la calle, de las miradas directas y de jamás de dejar de pelear, aunque uno supiera que iba a perder.

Crecí viendo a mucha gente trabajando 14 horas, crecí viendo a nenes convertirse en insignes mareros, crecí viendo a muchos amigos morir, a otros dejarse morir, a mi papa y a mi mama tratando de que sus hijos fueran unos tipos de bien.

Conocí a tipos de carácter, conocí a tipos que jamás se dejaron ningunear o humillar. Aprendí el valor de defenderte y tener tu propio criterio, aprendí a jugar volley en el verano, aprendí que un día en el año no entran carros a la Isla, es el día de la procesión, aprendí cual cometa sulfurante a volar y soñar con los ojos abiertos, porque la dialéctica en el barrio lo es todo, no hay oportunidades de casi nada, pero la dialéctica es todo: aprendes a decir lo que vas a ser sin la menor esperanza de serlo.

Hoy en el recuento de mis años, valoro mi pasado, mi presente y la capacidad dialéctica, valentía y códigos aprendidos en aquellas calles estrechas de la Isla, donde a pesar de las pocas oportunidades pude convertirme en el hombre que hoy les escribe. Cometa sulfurante que aún me lleva de paseo en los sueños.

Pequitas

Son un archipiélago, un archipiélago donde me pierdo por siempre… tu carita, tus brazos… se vuelven mas lindas cuando te...