Wednesday, July 18, 2018

Centroamérica


-Where are you come from?

-Los ojos se pierden en un silencio importante y pienso:
-Si conocieras a los salvadoreños trabajadores, a los que trabajan todos los días por tantas horas para mantener a sus nenes, a su familia, a las mujeres salvadoreñas que siempre están salvando la vida de su familia, que trabajan aun mas, el corazón tan grande de aquel país chico, jamás te irías de El Salvador, te enamorarías de sus costas y de su comida, de su sonrisa de su acento fantástico y del amor esparcido que revienta las costas.
-Si supieras como es vivir en Honduras, donde en cinco minutos sos alero de la gente que hace la cola en el super mercado, donde la gente te ayuda en las emergencias que tenes, si vos supieras las arenitas blancas de sus playas, si supieras del café del occidente, de las mujeres de Cucuyagua, si pudieras saber el valor de un abrazo catracho, si pudieras tan solo saber el sentimiento de lucha diaria por superar la guerra que nos importaron los de un país del norte, donde los muertos son nuestros y la ganancia tuya, Si pudieras ir a Ceiba en mayo, jamás regresarías a tus frías calles, a tomar un café sin saludar a nadie, jamás escuchaste a Anderson o Dúo Los Tres, (estarían en tu playlist) te quedarías en Honduras y serias un tipo feliz.
-Si supieras como es tomar un café en alguna tarde viendo la gente pasar por la Antigua, jamás regresarías a tus calles atascadas de carros, si supieras como son las mujeres solidarias de Guatemala, que jamás te dejan caer, que defienden a su familia hasta con las uñas, mujeres que todos los días sacan adelante a este país, que no se quejan… que te llevan de la mano y te muestran el amor verdadero, el que no se termina, jamás regresarías a tu país, te quedarías en la Antigua, olvidarías tus freeways y tus viernes negros. Encontrarías a tipos que siempre tratan de ser amables, que, a pesar de los vicios de este país, se van al norte sin tener garantizada la vida, lo dan todo, son responsables y jamás olvidan a su familia y sus raíces. No te irías de Guatemala, Escucharías a los Malacates Trébol Shop y leerías a Julio Prado, te quedarías aquí y amarías cada carita sonriente cuando te dice buenos días y te da un pedacito de su vida.
-Si supieras la valentía del pueblo nicaragüense, te harían un mejor tipo, te contagiaras del pueblo aquel que jamás se venció, de mujeres y hombres valientes que luchan día a día por recuperar el país pacífico y sonriente que siempre fueron, Naturaleza que jamás viste, tus calles perfectas y tus malles nunca podrían comparase, hundirías tus pies en Nicaragua, bailarías salsa como jamás lo pudiste hacer, y jamás regresarías a tu país, comerías nacatamales y tomarías pinol, serias un tipo feliz.
-Si supieras como son las tardes en Costa Rica, como es la gente de linda, amables y felices… dibujarían en tu rostro tosco y pálido, una sonrisa. Te contagiarían de felicidad, jamás tomaste un café con aquella tipa en una silla blanquita, jamás fuiste al café cabra negra, no regresarías a tu país, buscarías un trabajo en Costa Rica, jurarías nunca regresar a tus calles perfectas y tu casa impecable, irías a Poas, irías a Jacó cada fin de semana, dormirías con la pantaloneta el viernes y a las 5am te vas, pondrías la música de Mal País y vivirías feliz y no me preguntarías de donde soy.
-Ya nací en las tierras del amor, del calor, de la educación, del trabajo, del café y de la historia, de los seres humanos que somos en Centroamérica, genios, amantes de la vida, del abrazo. Soy de Centroamérica y me da mucho orgullo serlo, haber nacido aquí, me hace muy feliz.
-I’m from Central America.
-Yeah, but from which country?
-Central America. It doesn’t matter which country.
-Ok, whatever.

Friday, July 13, 2018

Arenitas de esperanza


Cierro los ojos en este día gris y me imagino, me imagino como uno de esos tipos despojados del tiempo, pensando que finalmente llegara ese momento feliz. 

Ahí parado frente a los azules variantes del atlántico aquel, frente a esas olas inofensivas... de esas que te invitan cuales notas dulces, como si fueran salidas de alguna canción de Marley. 

Me imagino frente al calor intenso del sol, que recorre todo el cuerpo, quemándole... dándole un color más oscuro a la piel, rayitos de calor que traspasan hasta el alma.

Me imagino como un tipo que no debe más, como un tipo que ha pasado un largo tiempo ansiando el momento intenso de reencontrarme en una playa con vos, con ella, aquella tipa de naricita pequeñita.  Me veo los pies enterrándose en la arenita blanca, pequeñitos minutos de esperanza.

Sigo con los ojos cerrados como si todo quedara resuelto en esa imagen, la vida en una analogía de ese vasito plástico color blanco, con varios hielitos y algunas onzas de ron mezclado: derritiéndonos en lo dulce, dejándonos abrazar por el calor, volviéndonos todo en una sola cosa, una que terminara hasta la última gota. 

Distancia



La distancia es bidireccional, tiende dos vías… el que se va y el que regresa, o en todo caso los que siempre regresan a un punto medio.

He pensado por algún tiempo que la distancia también es interna, también te alejas de quien sos, te vas lejos y dejas de contactar con vos mismo. La cotidianidad, el trabajo, las cuentas por pagar, las cuentas por cobrar, tus fantasmas y tus miedos en una mochila pesadísima.

Yo trato de regresar a quien soy, busco con desesperación regresar a ser feliz, de olvidar mi pasado… de perdonar lo que fui, porque solo ese camino queda para acortar las distancias, de perdonar fácilmente y de pedir perdón fácilmente, trato todos los días de recordar cómo es regresar a aquel patojito de 14 años que reía por todo y que a pesar de las penurias y vicisitudes siempre estaba feliz. (con una pelota de básquet bajo el brazo, y otra de vóley).

Yo recuerdo la sonrisa de mi mama, que era una carcajada sonora… que me hacía feliz, siempre busque sus abrazos y una caricia, busque en su carita blanca y sus ojos miel… la esperanza de una vida mejor. Busque en mis hermanos el ejemplo de vida, en mi padre al tipo responsable y maduro en quien siempre encontrabas una variación mínima en su forma de ser.

La distancia entre ese patojito y yo, cada vez la percibo más cerca… quiero volver a reír y quisiera ver tus ojos miel mama, no puede verlos de nuevo… te fuiste físicamente, pero tu alma y tu risa viven adentro de mí, me formaste y en la medida de tus posibilidades me hiciste quien soy, puedo escuchar, entender y leer los tiempos y a las personas, me diste algo que finalmente me dio de comer. -Cierro los ojos y estás ahí, no te fuiste lejos… la distancia es menor-

La distancia por recorrer dura horas, pero la distancia entre mi felicidad la busco superar todos los días, jamás deje de solucionar nada en la vida, pero empiezo a pensar que amarte a vos mismo, es el principio de amar a los demás, elemental verdad que no pude entender hasta ahora, me avergüenzo de saber hasta este punto de mi vida; creo que sí, debí saberlo antes.

Recojo los despojos del día, los llevo conmigo por la noche, acaricio a Eulalio que mueve su cola siempre feliz, me lleva a los ojos verdes de mi hija, a los ojos miel de mi hijo… seguís viva en ellos madre. 

Me levanto todos los días y medito un poco, debo acercar las distancias para ser feliz de forma completa, eso me acerca a vos, me acerca a ser un tipo pleno… porque vos lo mereces chatía.

Distancia en ideales, distancia en abrazos y besos por dar. Cada vez más corta y cada vez más cerca de mí y de vos.

Wednesday, July 4, 2018

Güilas




Las tardes en San José en general llueve, no sé si es por mala suerte o soy yo quien lleva la lluvia, pero cada vez que estoy en la ciudad: llueve.

Los ticos en general son amables, con un sentido del servicio y amabilidad que te abraza, que uno se siente bien, dan ganas de comprar (a pesar de los precios), dan ganas de conversar y de escuchar eso de “con mucho gusto”.

El punto al que quiero llegar es que además de amables parecen ser felices, dicha apariencia me choca, porque en la ciudad donde vivo, nadie luce feliz… al menos no de entrada, pasamos horas en el tráfico, pasamos polarizados por la política del país, la económica en franca caída libre, y que los ticos sean abiertamente felices me choca, no lo puedo evitar.

Esa tarde llovía, -claro, estaba yo en la ciudad y no podía ser de otra forma- desde la ventana del hotel veía aquella piscina casi solitaria, uno que otro gringo con panzas voluminosas (con quienes compito de forma significativa) metidos en la piscina.

La ansiedad es parte de mi personalidad, tenemos una relación simbiótica, yo vivo de ella o ella de mí, no podría decirlo a ciencia cierta, y esa tarde yo era 90% ansiedad, iba al cine… iría a ver una película tica: Güilas, traducido al chapín creo que significa algo así como patojos.

Llegue de tu mano, llegue pensándome el tipo más afortunado de Centroamérica, un tipo afortunado.

Empezó la película, y está basada en siete historias felices, sin rastros de historias de guerra o de guerrilla (así deben de ser las películas de mi país, salvo honrosas excepciones). 

El director es Sergio Pucci un tico (presumiblemente feliz) hizo una película de la alegría, del pasado, de los patojos que todos fuimos, nos retrata… todos fuimos esos patojos que salieron corriendo después de una fechoría, que ayudamos a la casa en asuntos importantes, que nos metimos a la casa del vecino a tratar de recuperar el juguete olvidado. Somos en este sentido ticos y chapines muy parecidos de patojos, nos importan muy poco las cosas que después parecen importantes. Sergio hizo una película donde la gente se carcajeaba del club sport Cartaginés, hizo una película donde la gente disfrutaba a los fugados en la feria del pueblo, y donde la gente reía del niño que memorizaba y vendía granizadas. Trazos de alegría redonda, expresada en la carita de los actores, de una fotografía nítida y que te llena el corazón.

Yo me identifique con uno de los personajes, es un patojo que lo mandan a comprar huevos, corre y corre… ve pasar en un auto de gama alta, y ve a una nena rubia… preciosa, y desprotegido de prejuicios el patojo de ropa humilde, sudado y despeinado; asume que si acelera el paso podrá ver a la rubia en un punto de la ciudad: yo soy así… las cosas difíciles a pesar de serlo, siempre sueño con ellas. En un punto de su corrida se cae y logra no romper los huevos (que asumo si los rompe se meterá en serios problemas), llega a la tienda donde está la rubia, lleva una flor en la mano y se la va a entregar, sin embargo a la rubia no le hace mucha gracia el regalo, y de pronto: aparece la hermana y el flechazo fue instantáneo, fue puro, fue dramático y digo dramático porque ella le sonríe a él, y el nene en la intensidad del momento deja caer la bolsa de los huevos. No importa habrá entregado la flor y quien sabe la historia a continuación. No era la primera vez que lo iban a castigar o regañar, pero la flor en la mano de la rubia y ella sonriendo para él lo vale todo.

Entendí que la parte del ADN de los ticos y de los chapines se distancia a medida nos hacemos adultos, de niños no somos tan diferentes, ellos aún conservan esa alegría de saberse libres de tantos prejuicios nuestros, no hay tantos problemas de razas como en nuestro país.

De tu mano, regrese al hotel. Fui feliz. Sonreí en el cine. Quiero regresar a ver películas como Güilas (y de tu mano).

Pequitas

Son un archipiélago, un archipiélago donde me pierdo por siempre… tu carita, tus brazos… se vuelven mas lindas cuando te...