No me culpes, soy apenas una víctima circunstancial de tus pequitas, estaba en el momento y lugar incorrecto, con un
café en la mano me perdí en el café europeo aquel. Tu acento, tu risa, tus ojos
tan perfectos… yo que podía hacer: nada. Solo ser una víctima voluntaria de tu
archipiélago de pequitas, que hasta el día de hoy sigo soñando.
Bueno para ser sincero… y dejar
todo en claro: veo tus pecas y me derrito, no tengo alternativa, diré que jamas
puse resistencia, en 45 segundos estaba rendido y no podía poner atención a tus
historias tan importantes.